LOS RIESGOS DEL ABORTO


Los riesgos del aborto: muere una mujer tras ingresar en la clínica El Bosque de Madrid
La paciente entró en parada cardiorrespiratoria antes de la intervención en el centro, investigado por posibles irregularidades en los abortos
El fallecimiento de una mujer de 30 años, tras ingresar para someterse a un aborto en la clínica El Bosque de Madrid, pone de relieve los riesgos que conlleva el aborto. La paciente entró en parada cardiorrespiratoria durante la fase exploratoria previa a la intervención.

Los hechos ocurrieron el mismo día en que se había programado realizar el aborto, el pasado martes, 13 de enero, aunque la mujer había ingresado 24 horas antes en el centro, uno de los cuatro acreditados para la interrupción del embarazo en Madrid.

Se da la circunstancia de que en diciembre de 2007 la clínica El Bosque fue investigada por supuestas irregularidades practicadas en los abortos, el caso está pendiente del pronunciamiento de los juzgados.

Según la información facilitada por la propia clínica, el aborto se iba a practicar por una malformación del feto “incompatible con la vida” y era considerado como un embarazo “de alto riesgo” de 21 semanas. La joven había sido derivada para abortar en el centro madrileño derivada desde la sanidad pública asturiana.

Dos paros cardiacos

A pesar de que el personal de la clínica intentó reanimarla, tuvieron que llamar al Summa para trasladarla al Hospital Clínico donde, pocas horas más tarde, falleció.

El director médico de la clínica, Sergio Muñoz, confirmó lo sucedido y, de acuerdo con su relato de los hechos, “antes de la intervención, nada más empezar a explorarla tuvo un paro cardíaco”. Muñoz asegura que los médicos de la clínica lograron reanimarla. Pero cuando llegaron los efectivos del Summa “tuvo un segundo paro cardíaco.

“Dadas las circunstancias, los médicos pensamos que se produjo por causas naturales, no por la intervención en sí”, añadió el responsable de la clínica. A su juicio, la muerte pudo deberse a un “embolismo del líquido amniótico”. Se trata de “una patología muy rara”, en palabras de Muñoz, pero que es letal para las embarazadas.

No obstante, para determinar la causa de la muerte habrá que esperar a los resultados de la autopsia que se le practicará a la fallecida en las próximas horas. En cualquier caso, es un claro ejemplo de los peligros que comporta abortar en una clínica.

Pillados por la cámara

Hay que recordar que la clínica El Bosque está bajo sospecha de supuestas irregularidades en los abortos practicados, después de que la Fiscalía de Madrid remitiera en diciembre a los juzgados la denuncia del colectivo Manos Limpias, sobre la que aún no se han pronunciado.

La denuncia se presentó tras la emisión de un vídeo de cámara oculta grabado en el centro. En las imágenes, correspondientes a un programa emitido en Intereconomía TV, se observan prácticas irregulares, como la introducción de un feto en una bolsa de basura.

Asimismo, se escuchan conversaciones del personal de la clínica con las pacientes en las que se afirma que los informes psicológicos para justificar las interrupciones del embarazo no son más que un “mero trámite”.

No es la primera vez que una cámara oculta pone al descubierto los supuestos abortos irregulares realizados en clínicas especializadas. El 29 de octubre de 2006, la televisión pública de Dinamarca emitió un reportaje en el que, según ellos, se demostraba que la clínica Ginemedex de Barcelona no ponía impedimentos para practicar un aborto a una mujer en avanzado estado de gestación.

Un reportero y una mujer supuestamente embarazada grababan, entre otras cosas, como el director y principal propietario de la clínica, Carlos Morín, inducía con razones falsas a que la mujer se aviniera a cumplimentar un texto en el que se formulaba que padecía una grave enfermedad mental.

Posteriormente, el 26 de noviembre de 2007, a instancias de la fiscalía de Barcelona y el juzgado de instrucción número 33, la Guardia Civil detuvo a Morín y a uno de sus colaboradores, junto a dos mujeres, una en la clínica Ginemedex y otra en el centro Emecé.

La operación se llevó a cabo a raíz de la denuncia que interpuso E-cristians contra el doctor Morín. Se le acusaba de delitos de aborto y de asociación para delinquir.

Riesgos para la salud

De los datos del sumario del caso Morín se desprende que las mujeres que abortaban en sus clínicas no estaban exentas de ciertos riesgos para su salud, como la posibilidad de desangrarse o de, en caso de alergias a ciertos medicamentos, tener que soportar fuertes dolores.

En un primer caso, referente a la conversación mantenida por dos doctores de las clínicas del doctor Morín una mujer corrió peligro de desangrarse e incluso el médico que la atendía llegó a pensar en practicar una histerectomía.

La paciente empezó a descoagular y el médico se vio obligado a intervenir y ponerle “cuatro concentrados de plasma” para controlar la situación y frenar el desangrado.

En el segundo caso, una ‘niña’, en palabras del médico que la atendió, debido a un problema de alergias no podían medicarla contra los fuertes dolores que padecía.

“Vamos a ver qué hacemos con esta niña”, decía el médico ante las expresiones de dolor de la joven, a la que no podía medicar por ser alérgica, según la madre.

Estos dos ejemplos son una pequeña muestra de que los riesgos para la integridad de las mujeres que se someten al aborto son reales. También evidencian la impunidad con que llevan a cabo su cometido muchas clínicas abortistas, ante un inexistente control médico que, de llevarse a cabo, detectaría numerosas irregularidades.

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